domingo, 11 de diciembre de 2011

ERA DE ESPERARSE

Es el destino, las señales, no se, ya no se que pensar...
En esta historia no había nada que le hiciera siquiera imaginar aquel encuentro.

Miércoles, madrugada, ella estaba sola (no tanto...), él, esa noche, disfrutaba del significado de esa palabra.
Como llegó ella a ese lugar? de casualidad. El azar gobierna nuestras vidas, quierase o no, ningún motivo aparente los reunió esa noche.
Ella pasó a su lado con una amiga, él abandonó su silla y fue a buscarla, ella lo reconoció inmediatamente y acepto su invitación.
Por años se habían desencontrado, pero en ese momento compartían una mesa.
El resto de la noche transcurrió entre cervezas, anécdotas, risas, recuerdos compartidos, intercambio de celulares, en fin, cosas que pasan siempre cuando las personas coinciden después de largo tiempo.
Un rato antes del amanecer llegó el momento de irse, pero no de separarse, antes de preguntarle a él si podía acompañarla le dijo a su amiga que se volvían juntos a casa.
Como es de esperarse él no se negó a acompañarla, después le confesaría que si ella se hubiera arrepentido tendría que haber vuelto caminando a su casa, que por otra parte no era para nada cerca.
Llegaron al departamento, sonaban los Beatles acompañando los besos en el comedor.
La música los siguió y ya en la habitación ella se dejó caer en la cama y él la acompañó, se acomodó a su lado y dijo:" cuando te despiertes mañana te vas a arrepentir de esto", pero ella sin dudarlo contestó:" si te invité no fue para arrepentirme..."
Ellos se conocían de mucho antes, desde hacía varios años y a él le gustaba mucho esa mujer, nunca pasó nada entre ellos porque sobre ella pesaba un noviazgo de años, y nunca le había dado oportunidad alguna a para un encuentro.
Allí nada los separaba, en el momento en que ella le respondió comenzaron a besarce, entre caricias se deshicieron de la ropa, en ese momento estaba de más, y se dejaron llevar...
Ella disfrutaba demasiado con esa persona, él estaba maravillado por la persona que lo acompañaba, la suavidad de su piel,sus lineas, la trataba como a una princesa, la forma de recorrerla, besarla, sus palabras, en ese momento todo era perfecto...
Ninguno de los dos tenía intención de dormirse, ella no quería que el sueño la privara de su compañía y el simplemente no podía dejar de acariciarla mientras la observaba.
Como era de esperarse los venció el sueño, se durmieron juntos, muy cerca uno del otro.
Para ella ese jueves amaneció a las dos de la tarde, cuando el poseedor de esos bellos ojos verdes le hizo darse cuenta que ya era de día.
"No me arrepiento de esto" le dijo ella mientras lo despeinaba.
Él tenía que irse, porqué el tiempo pasa tan rápido?
Cuando se encontró sola nuevamente se dispuso a seguir durmiendo, solo quería soñar...