sábado, 7 de marzo de 2009

SIGUIO LLOVIENDO...


Era de noche, pero no llovia... aunque las gotas tenian la posibilidad de tornar perfecto ese momento si se hubieran deslizado por el cristal, pero en este mundo no hay nada perfecto... Y aunque no me guste admitirlo a veces los cuentos no tienen un final feliz. Pero este cuento es mio, aunque no pueda saber como termina.

Esa noche él tenia un poco de tiempo y ella tenia todo su tiempo para entregarle. Pasada la medianoche coincidieron en una esquina, ella rogaba que nadie la viera subir a su auto pero a la vez le gustaba esa sensacion. Él llego puntual, todo un caballero, como siempre lo habia sido.
Escucharon los Beatles mientras él manejaba y ella le comentaba cosas de las que ahora ni se acuerda, no debia haber sido nada importante, solo quería hablarle.
Los dos sabian lo que iba a pasar esa noche, ella estaba segura de que ese momento iba a ser especial, la persona que tenia al lado se lo habia prometido y tenia la certeza de que esos bellos ojos no podrian mentirle jamas. Inconcientemente y con toda lucidez sabian donde se dirigian, no era el momento de arrepentirse, ya habian tenido tiempo para eso y no querian hacer uso de ese privilegio y pienso que jamas lo usarian.
Pero él no podia ir contra su naturaleza, antes de bajarse del auto, mientras sonaba "Yesterday" la besó y le preguntó si queria continuar, ella asintió (habia esperado tanto para esto y habia demasiado en juego para un repentino remordimiento), y bajaron juntos del auto.

Ya en la habitación ella se dejo caer en la cama mientras el se sacaba la ropa, tantas cosas se le cruzaban por la cabeza en ese momento... pero no queria pensar mas, solo sentir... sentir la persona que estaba con ella.
Él busco un lugar sobre ella mientras la llenaba de caricias, sus manos la recorrian toda y ella las sentia bajo su ropa. Despues de un tiempo la ropa empezó a incomodarle y se sintio segura para dejarse sacar la remera y abandonar el pantalon, ella disfrutaba tanto ese momento y él la abrazaba y la besaba como si no creyera todavia lo que estaba pasando.
La ropa interior se reunio con el suelo y en ese momento ella sentia como las suaves manos la recorrian entera y no dejaba de saborear esos labios de caramelo...
Asi, entre caricias y besos los cuerpos fueron encontrando la forma adecuada, a ella le encantaba la forma como él le hacia sentir su cuerpo, la manera en que la hacia disfrutar, queria perderse entre los brazos de ese hombre.

Él era tan dulce, y nunca me voy a cansar de decirlo, en todo momento un caballero, ella sentia que tenia que cuidarlo, rara vez se sintio asi, pero esta situación lo ameritaba y se lo dijo; él solo sonrió y le pregunto si verdaderamente quería cuidarlo y la repuesta fue que siempre lo protegería.
Ella se olvidaba del mundo dentro de esos dulces ojos mientras cumplía el sueño de la persona que no dejaba de mimarla mientras hacían el amor…
Él deseaba que ese momento no tuviera fin, le gustaba demasiado el cuerpo de la mujer que le acariciaba la espalda mientras estaba sobre ella, disfrutaba demasiado con cada movimiento de los dos y no se cansaba de besarla. Si alguien podía cumplirle un deseo en ese momento hubiera sido no dejar que ella abandonara esa cama nunca, que siempre sintiera su presencia muy cerca de su piel, pero eso era mucho pedir… era una de las cosas imposibles de este mundo (si es que hay cosas imposibles…).
Mientras la estrechaba cada vez con más fuerza, los latidos se aceleraban y sentía como la transpiración recorría su cuerpo, en ese momento se sintió pleno y ella solo se dejo llevar, sin miedo…
Él le pregunto si estaba bien y se acomodo a su lado mientras la rodeaba con sus brazos, ella se acomodo en su pecho, podía sentir los latidos agitados y le respondió que había sido maravilloso y se besaron.
Se quedaron por largo tiempo juntos, uno al lado del otro, ya no recuerdo cuanto estuvieron así, regalándose caricias y besos, tratando de que el tiempo no pasara.
-“Sos la bruja mala del Mago de Oz- dijo él mientras levantaba la ropa del piso. ¿Cuál era la más mala, la bruja del Norte?
-“No me acuerdo…”- respondió ella. ¿Por qué me preguntas eso? Dijo ella que lo miraba vestirse.
Estaba acostada todavía y el se sentó en la cama, la besó. Sos la bruja de Norte, le dijo, porque lo tenia hechizado con su belleza, que le había hecho una brujería, en sentido de broma le dijo que era muy mala y ambos rieron.
Ella se vistió mientras le contestaba que no era una bruja mala, pero le encantaba tenerlo hechizado.
Se hacia tarde,
-”vamos…” dijo él después de besarla.
- "No seas mala...sabes que se me hace tarde y me esta esperando... no quiero tener problemas" (a él siempre lo esperaban...)
Ya en el auto dieron varias vueltas, hablaron, no mucho. Él le dijo que seria bueno si no se veían tan seguido, para extrañarse; ella lo entendía perfectamente no quería hacerse ilusiones y fue un poco dura al decírselo, cada uno tiene una vida diferente y nadie quiere complicarle los asuntos al otro. Él la dejó en la puerta de su casa,
-“descansa bonita”- le dijo y la beso.
Ella creyó que no iba a despedirse así de esa manera tan cariñosa, realmente ese hombre estaba muy confundido.
Cuando ella entró en la casa arrancó el auto, se acostó dispuesta a no pensar en nada.
Pero la mañana siguiente la despertó el teléfono, él la llamaba...

1 comentario:

  1. Esa despedida me sonó a un "Adiós".
    Hermoso texto. Quiero ver que sigue.
    ¡Cariños!


    Caro.

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